miércoles, junio 14, 2006

Simple: Democracia Ahora!...

Diario Electrónico El Mostrador, www.elmostrador.cl del 14/06/2005, consignó el siguiente comentario de Alvaro Cuadra, docente e investigador de la Universidad ARCIS.
DEMOCRACIA AHORA
La movilización que han protagonizado los estudiantes de la enseñanza media nos deja varias lecciones. La primera y más importante es el hecho evidente de que la Concertación de Partidos por la Democracia ya no es capaz de administrar la conflictividad social y, por ende, ya no es una garantía de gobernabilidad y desmovilización para los sectores más conservadores. La movilización estudiantil no ha sido manejada por los partidos políticos, aún cuando algunos de sus dirigentes adscriben a alguno de ellos.
La segunda lección es más que evidente: una movilización masiva de un segmento de la sociedad ha sido capaz de poner sobre la mesa no sólo un interés sectorial sino que ha puesto en el horizonte de expectativas una modificación sustancial de la Carta Constitucional. La ecuación es simple: si los estudiantes han sido capaces de impugnar la legislación heredada de la dictadura en lo que concierne a la educación, es cuestión de tiempo y madurez para que el resto de los chilenos seamos capaces de exigir un cambio constitucional de fondo: plebiscitar una nueva Carta Constitucional.
Durante los tres gobiernos de la Concertación se ha administrado un espacio judicativo hecho a la medida de Pinochet. Esto se ha traducido en una serie de trabas antidemocráticas que van desde leyes de amnistía hasta el sistema binominal, pasando por una legislación económica y laboral que favorece al gran capital en desmedro de los trabajadores y, desde luego, la mentada Ley Orgánica Constitucional de Educación. En una palabra: la dictadura se ha prolongado entre nosotros gracias a la Constitución de 1980.
La situación de un país sometido a una legislación heredada de la dictadura se ha prolongado ya por demasiado tiempo y resulta hoy inaceptable para las nuevas generaciones. El país digno, justo y moderno que soñamos para nuestros hijos exige una nueva Carta Fundamental, nacida al calor del debate ciudadano en democracia. Basta ya de una política de parches que sólo prolonga el estado antidemocrático que prevalece por doquier, basta de arreglos cupulares “en la medida de lo posible” que no favorece a las mayorías del país.
Los estudiantes han mostrado el camino: la movilización ciudadana y democrática es capaz no sólo de cambiar la LOCE sino todo el andamiaje constitucional que ha impedido una real democratización del país. El nuevo horizonte que se avizora exige una gran responsabilidad de los ciudadanos, los partidos políticos y el gobierno. Las movilizaciones estudiantiles inauguran una nueva etapa en la vida política y social de Chile, pues, por vez primera desde el fin de la dictadura, la “clase política” y el gobierno son interpelados por la voz ciudadana más allá de los eslóganes electorales.
El clamor de los estudiantes contra la LOCE es el primer balbuceo de un país que ha estado en silencio por demasiado tiempo y que, paulatinamente, recupera su voz, para gritar lo que siente desde hace mucho, aquello que le ha sido escamoteado tantas veces, primero por sus victimarios y luego por los demagogos profesionales, su anhelo de un país verdaderamente democrático.
Asistimos apenas al primer paso de un pueblo que se reencuentra con su memoria en las nuevas generaciones, aquel Chile democrático que se desmoronó entre llamas y lágrimas hace tantos años, la misma memoria que impele a nuestros hijos a gritar Democracia Ahora.

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