sábado, enero 19, 2008

Benedicto XVI da espalda a seguidores...

Benedicto XVI dio misa de espaldas
Volvió a utilizar un antiguo altar

(Lunes 14 de enero de 2008)

ROMA.- En lo que muchos analistas interpretaron como "otro pequeño paso hacia el pasado", Benedicto XVI celebró ayer misa dándoles la espalda a los fieles, en el tradicional bautismo pontificio que suele realizarse en la espectacular Capilla Sixtina, al recordarse el bautismo de Jesús en el Jordán por parte de San Juan el Bautista.

En lugar de utilizar un altar móvil, como se hizo en las últimas décadas, Benedicto XVI, un amante de las tradiciones, prefirió volver a utilizar el antiguo altar preconciliar que existe en la Capilla Sixtina, que está encajonado bajo el Juicio Universal , el magnífico fresco de Miguel Angel.

Como destacaron desde la oficina litúrgica vaticana, el Papa decidió volver a utilizar ese altar, y dar la espalda a los fieles en el momento de la eucaristía, para recuperar toda "la belleza y la armonía" de la Capilla Sixtina. Benedicto XVI, en efecto, no utilizó durante la ceremonia bautismal el latín del viejo rito tridentino, sino el misal actual, en italiano.

En los últimos años, durante todo el pontificado de Juan Pablo II, y en los dos últimos años de Ratzinger, en la Capilla Sixtina se utilizó un altar móvil, que permite a los celebrantes estar enfrentados a los fieles también en el momento de la consagración de la hostia, como indica la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II.

Como es más que conocido el apego de Benedicto XVI a la vieja liturgia, su decisión de volver a utilizar al antiguo altar de la Capilla Sixtina fue visto por varios analistas como una nueva vuelta de tuerca en ese sentido. En otra decisión considerada por algunos un revés al Concilio Vaticano II, en julio pasado el Papa rehabilitó el uso del rito tridentino, preconciliar (en cuya misa, en latín, los sacerdotes dan la espalda al público).

Más allá de las controversias, un dato curioso fue que ayer, tras el bautismo de 13 bebes, todos hijos de empleados vaticanos, de repente el Papa se miró la mano, después el piso y luego a un ayudante, al darse cuenta de que había perdido su anillo pontificio. Hubo un momento de pánico(?), que duró segundos, hasta que uno de sus colaboradores le alcanzó el anillo, que se había caído sobre una alfombra, a los pies del altar rehabilitado.

Por Elisabetta Piqué
Corresponsal en Italia
Fuente:
www.lanacion.com

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