miércoles, junio 27, 2007

La Escuela que disueño...

LA ESCUELA QUE DISUEÑO...
Roberto Castro Boniche
La Escuela que disueño tiene características distintivas: debe ser una Escuela con identidad y objetivos evidentes, económicamente financiada, de administración colegiada, que privilegie la inclusión y la transversalidad. Esta Escuela es una comunidad de aprendizaje donde existe un clima de colaboración y aprendizaje continuo con el compromiso colectivo de trabajar juntos. Es decir, la Escuela que disueño enfatiza una educación para la razón: educación es formar seres humanos y los seres humanos somos ante todo, seres racionales.
En la Escuela que disueño la cultura escolar debe ser positiva, con objetivos ambiciosos, claros y especificados en forma práctica, existiendo liderazgo institucional y pedagógico a través de una gestión coherente, con planificación pedagógica efectiva y constante evaluación de los resultados. Se debe manejar en forma eficaz la heterogeneidad de los alumnos. Con reglas claras y manejo explícito de la disciplina. Se aprovecha el capital humano, se gestionan apoyos externos y recursos materiales; se fomenta un trabajo efectivo y se busca construir alianzas con padres, madres, apoderados y comunidad.
La Escuela que disueño debe poseer claridad de su misión, expresada en el Proyecto Educativo Institucional (PEI), elaborado en forma participativa, siendo comprendida y asumida por toda esta comunidad de aprendizaje. La misión expresa el convencimiento de que todos sus estudiantes pueden aprender, respetando sus diferencias y ritmos individuales, demostrando un alto nivel de expectativa en los estudiantes, asociado al desarrollo de la autoestima de los escolares.
La gestión escolar estratégica y el currículum de la Escuela que disueño enfatizan una educación participativa, cuya centralidad es el aprendizaje autónomo de los estudiantes., lo que exige un buen conocimiento de los estudiantes, implicando una comunicación frecuente entre educador y educandos.
Los docentes de la Escuela que disueño se deben caracterizar por su compromiso con el alumnado, en las cálidas relaciones afectivas, en la actitud en la labor pedagógica, en el alto nivel de perfeccionamiento profesional y adecuado dominio de los contenidos, metodologías y estrategias didácticas que desarrollen en un clima de aula adecuado parael aprendizaje escolar.
Los padres, madres y apoderados y comunidad circundante de la Escuela que disueño confían en su Escuela, reflejado en el compromiso responsable sobre las condiciones que la Escuela requiere para el buen aprendizaje de sus hijos, en un marco de altas expectativas, en relación a logros que alcanzarán sus hijos e hijas.
La educación que disueño no puede ser simplemente transmisión de información, entre otras razones porque la información globalizada que existe es tan amplia, cambia tanto, existen tantas formas de acceder a ella, que sería absurdo que la función educativa de la Escuela que disueño fuera sólo transmitir contenidos informativos. Lo que hace falta es transmitir pautas de comportamiento que permitan utilizar y rentabilizar al máximo la información que se posee. La educación que disueño debe potenciar la razón y por lo tanto, aprender a rebelarnos contra la sinrazón, es decir, la lucha para que no predominen los dogmas irracionales, las supersticiones, los fanatismos, aquello que de alguna forma va en contra de la razón.
Escrito para el Programa de Intercambio de Maestros (PRIMA) de la Universidad de La Serena (ULS), 2007: http://www.ulsprima.blogspot.com/

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