domingo, febrero 11, 2007

XXVI...

De nuevo Almitra volvió a hablar para preguntar:
Y qué piensas del Matrimonio, maestro?
A lo que él contestó:
Nacisteis juntos
y juntos permaneceréis para siempre.
Estaréis juntos
cuando las blancas alas de la muerte
esparzan vuestros días.
Y también en la memoria silenciosa de Dios
estaréis juntos.
Pero dejad que los vientos del cielo
libren sus danzas entre vosotros.
Amaos con devoción
pero no hagáis del amor una atadura.
Haced del amor un mar móvil
entre las orillas de vuestras almas.
Llenaos uno al otro vuestras copas
pero no bebáis de una misma copa.
Compartid vuestro pan
pero no comáis del mismo trozo.
Cantad y bailad juntos
y estad alegres
pero que cada uno de vosotros
sea independiente.
Las cuerdas de un laúd están separadas
aunque vibren con la misma música.
Dad vuestro corazón
pero no para que vuestro compañero se adueñe de él.
Porque sólo la mano de la vida
puede contener los corazones.
Y permaneced juntos...
pero no demasiado juntos.
Porque los pilares sostienen el templo
pero están separados.
Y ni el roble crece bajo la sombra del ciprés
ni el ciprés bajo la del roble.
(Khalil Gibran, Líbano, 1883-1931)

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