sábado, septiembre 01, 2007

Mi Homero...

Mi Homero...
Llegó para quedarse,
para entretenernos, molestarnos,
reírnos de sus tonteras y con sus cariños.
Llegó para quedarse,
para lenguetearnos, mordernos,
sorprendernos de sus avances,
disfrutar de sus aventuras y destrozos.
Llegó para quedarse,
tímido, flaco y pequeño.
Hoy...
inquieto y pacífico,
robusto y saludable
leal juguetón
guardián pluscuamperfecto
compañero de ausencias compartidas
de estudios prolongados
de un silencio extraño
de dolores imperfectos
de procesos interminables.
Todavía...
no se puede dimensionar su importancia
en este tiempo, lugar y situación
para cada uno de nosotros.
Llegó para quedarse,
para hacerse ausente y presente
para jugar y destrozar
pantuflas y peluches
plantas y cojines
robar galletas y caramelos
ocultar panes y sinsabores
como si fueran propios...
Llegó para quedarse,
tan distinto a Camilo,
algo distonto
sólo diferente...
Mi Homero, nuestro Homero.
Llegó para quedarse
y sin ninguna duda,
por su actitud
animalescamente humana,
llegó para ser feliz
y compartir su felicidad...

PisosBuscadorBajar ManualesAnunciosLibros Ciencia